El alumno/a debe desarrollar competencias relacionadas con el objeto (conocimiento y análisis de los conflictos), con el procedimiento (resolución de conflictos, sus teorías y metodologías), y con habilidades y actitudes (resolución de conflictos, las estrategias y las técnicas de intervención). Las actividades mediante las cuales el alumnado pone en práctica los conocimientos adquiridos son de suma importancia en la formación de las personas mediadoras.
El alumno/a será capaz de identificar, en los diferentes ámbitos de intervención mediadora (comunitaria, escolar, familiar, intercultural, laboral, penal, de salud, mercantil, empresarial, internacional, ambiental, en línea, etc.), el análisis de las especificidades propias (tipología de conflictos con posibilidad de mediación, difusión y acceso de la mediación, requisitos y condiciones laborales, marco legal, actores, etc.) y de la especialización en un ámbito concreto.
Deberá poder identificar, en contextos emergentes y de apertura de nuevos mercados, la difusión de la mediación a posibles usuarios, así como adquirir una capacidad de comunicación y transferencia de conocimientos de la mediación en la sociedad.
La finalidad última es que los alumnos/as puedan planificar y conducir el proceso de mediación, facilitando procesos colectivos de diálogo, decisión y negociación.